La Torre de Hércules es como nuestra Torre Eiffel.
No soy partidario de los postboda pero he de reconocer que hay ocasiones en las que son necesarios o convenientes. Si el día de la boda estamos lejos de este lugar o si la climatología no fue todo lo buena que se esperaba o el tiempo fue muy ajustado. Algo así fue lo que nos llevó a realizar este postboda en la Torre de Hércules en esta ocasión.
Fotografía de boda en estado puro.
Eso es lo que a mi me encanta y con lo que disfruto cada fin de semana. Salir de casa con las tarjetas en blanco y volver con ellas llenas de recuerdos, emociones, sentimientos, amigos….muchos amigos nuevos, lugares hasta entonces desconocidos. Salir con el lienzo en blanco y volver ya no con una imagen sino con un imaginario de lo que fue el gran día. A pesar de lo ajustado de los horarios, de la poca luz disponible, de arreglármelas para buscar encuadres entre una batería ingente de teléfonos móviles pegados a la cara de los novios…a pesar de todo eso he de confesar que me encanta la fotografía del instante, de ese instante que no se volverá a repetir, ese instante que pasará a formar parte de vuestro legado. Ese instante que servirá para que aquellos que todavía no están puedan volver a vivirlo y los que cuando ya no estemos sigamos presentes. Eso es la fotografía, un instante que dura para siempre.