Singular.
Creo que esa es la palabra para definir esta preciosa boda. Bajo un roble, pero no cualquier roble…
Según cuenta la leyenda, cuando San Antonio de Padua (1.195-1.231), peregrino a Compostela celebró misa en este lugar, en donde había una pequeña ermita. Mientras el santo oficiaba, nació bajo el altar un roble que con el tiempo, de tanto crecer, derribó la ermita. La nueva capilla de San Antonio se construye al lado y hoy forma parte de las dependencias del Pazo de Vilardefrancos.
Este roble superó milagrosamente varios incendios e intentos de tala. Cuenta la leyenda que la herida que presenta es consecuencia de un rayo que lle cayó encima poco después de morir San Antonio y que las chicas enamoradas van allí y poniéndose de espalda tratan de introducir tres piedras en el agujero,
si lo consiguen, se casan antes de un año.
Momento del encuentro, nervios a flor de piel, la emoción lo inunda todo.
Un día repleto de simbología, pequeños detalles y grandes recuerdos.
Y por supuesto en una fiesta así no podía faltar el rito de la queimada.
Impresionante la canción que Rubén le dedicó a su padre…todavía se me erizan los pelos al recordarlo.
Felicidades chicos!!!
Muchas felicidades soy amiga de la madre del novio.. desde Asturias me emocioné al ver el reportaje es precioso!!!!